Esto que voy a decir no lo digo por ti.
Pero por si acaso voy a dejar las cosas claras.
Con respecto a mi profesión hay gente que cree que los redactores publicitarios o copywriters trabajamos con la inspiración de una musa.
O en su defecto, la de un porro.
Si hay algo en lo que me inspiro es en tu cliente.
Como mi trabajo consiste en escribir sobre cosas que tu cliente ya siente, piensa y quiere. Lo primero que hago antes de escribir una sola palabra es investigar.
Tengo que salir de mi cabeza y entrar en la suya.
La única forma de lograrlo es poniéndome en sus botas.
Por eso, realizo un intenso proceso de investigación contigo y tus clientes. Y por mi cuenta estudio el sector y tu competencia.
Para ello primero me facilitarás toda la información posible sobre tu marca, el servicio/producto y vuestro cliente.
Como ves, en esta primera parte el verbo está conjugado en 2ª persona del singular.
Porque también te toca trabajar a ti.
Esto te lo quiero dejar bien claro, la calidad de mi servicio depende en gran medida de la colaboración que tu equipo y tú me prestéis. Como mi negocio y mi prestigio depende de que logre resultados, esta metodología de trabajo es innegociable.
Para ello realizaremos una entrevista personal.
Sí, y con personal me refiero a en persona. Nada de videollamadas.
La mayor parte de mi carrera ha sido en venta presencial y hay mucha información que se pierde haciendo las cosas en remoto. Además, quiero ver tu negocio y al equipo, por eso seré yo el que me desplace.
Me gusta involucrarme con mis clientes y conocer de primera mano la esencia que tiene cada empresa. Porque luego tengo que saber transmitirla a tus clientes.
Con ellos también realizaré entrevistas.
Como ya te he dicho, investigaré a la competencia, el sector y lo que haga falta. Pero no me voy a quedar ahí.
A mi me gusta meditar.
No soy budista, pero medito.
Y hay una frase de buda que me gusta mucho:
“No creas nada, sin importar dónde lo leas, ni quién lo dijo, ni siquiera si yo mismo lo he dicho a menos que estén de acuerdo con tu propia razón y sentido común.”
Por eso, en este proceso de investigación, sí o sí usaré tu producto o servicio.
Si quiero entender a tus clientes, no hay mejor forma de empatizar con ellos que ponerme en su lugar, usando aquello que desean comprar.
Si vendes viajes de lujo al caribe, no me quedará más remedio que por profesionalidad hacer como que disfruto un fin de semana en la playa.
Que tu producto no es tan glamuroso y vendes ataúdes, por ejemplo. Bueno, pues igualmente probaré el cajón.
Hablando de ataúdes…hay dos cosas que te puedo asegurar en esta vida:
La primera es que tú y yo nos vamos a morir.
¿Qué a qué viene esto?
Bueno, es algo que nunca está de más recordar.
Y la segunda es que me voy a involucrar a muerte en comprender las necesidades de tu cliente y tu negocio.
Pero este esfuerzo no lo hago con cualquiera.
Ya he vendido mucha mierda a lo largo de mi carrera y no pienso vender más, algo que no me deje dormir tranquilo con la pierna suelta.
Así que si tu negocio no es ético, o directamente tú y tu forma de hacer negocios no son éticos, no cuentes conmigo.
No escribo mentiras a la gente, ni pinto falsas promesas. Trabajo con negocios consolidados que me pueden demostrar que la calidad de lo que ofrecen está respaldada por un buen puñado de clientes satisfechos.
Dejando este punto claro.
Después de mi trabajo de investigación, haría lo que en un principio pensabas que hacía:
Escribir.
Aquí no me voy a enrollar en cómo lo hago, porque me pagas por escribir no por enseñarte a hacerlo.
Para tranquilizarte te diré que lo que escriba será respetando el tono de tu empresa. Por mi parte a mi da igual decir joder, cojones, caca y lo que sea. Pero entiendo que en tu negocio la cosa puede ser distinta.
Tampoco es que vaya a escribir para agradarte a ti, lo haré para tu cliente.
También habrás visto que en mis textos hay algunas faltas de ortografía y bueno, eso a mi no me preocupa. Si a ti sí, lo puedo entender.
Yo sé que es importante y que no en la comunicación, por lo que sé que eso no es relevante para que tú me compres. Pero si a tu marca le importa el qué dirán, tranquilo, sé usar correctores ortográficos y ya he escrito textos para abogados y un club del libro.
Tus textos estarán escritos “correctamente”.
Otra cosa sobre mis textos.
Me harás caso con ellos, y si haces cambios en la estrategia y en los textos que hablamos me los deberás comunicar.
Los textos son la diferencia entre vender o no vender. Tú decides si quieres sacar rentabilidad a mis servicios.
Y si no te parece bien, pues escribes tú.
Para que entiendas el por qué de mis textos y mi trabajo, antes de publicarlos tendremos una reunión donde te explicaré las decisiones que he tomado para escribirlos, en base a la investigación.
No me gusta perder el tiempo, ni hacérselo perder a la gente.
Así que si escribo largo, no es por gusto. Es porque respeto la inteligencia de la gente y sé que no son monos que van a pulsar el primer botón de compra que les ponga.
Si vas a invertir dinero en un servicio que no es barato, como el mío. No te voy a convencer de ello en 4 líneas. Asi que los lloriqueos de que el texto es largo…
a las agencias de marketing que te ofrecen el Kit digital.
P.D. Yo no ayudo a conseguir el Kit Digital, mis servicios son rentables sin necesidad de esa ayuda.
Si tú te has leído hasta ahora 3.211 palabras, tus clientes también pueden. No insultes su inteligencia.
Todo lo que sube, baja. Dice la gravedad.
Bueno, pues eso es así menos con mis precios.
Cada dos proyectos que hago subo mis precios. Porque con lo que me involucro y los marrones en los que me meto en cada proyecto, aprendo y mejoro un montón mis servicios. Y claro está, eso repercute en mis precios.
En eso también te ayudaré, a no tener que depender de rebajas ni chorradas para hacer valer tus servicios.
El caso es que solo me comprometo con un proyecto a la vez. Me gusta hacer bien mi trabajo y ya he comprobado que dos a la vez no es bueno ni para ti, ni para mí.
Ahora estoy trabajando con una agencia de diseño web y tengo otro proyecto después con unos arquitectos que acabará para marzo de 2023. A partir de esas fechas estoy libre. Quien reserve antes (pagando) será mi próximo proyecto.
Te digo todo esto por ser franco. Y por si te interesa trabajar cuanto antes para que no te suba el precio.
Ya por último, debes saber que para reservar conmigo deberás pagar el 25 por ciento. Luego, tendremos una reunión, y justo después, y sin que haya empezado a trabajar, cobraré el resto del proyecto.
No escribo una palabra si no cobro.
Nunca.
A nadie.
Si a ti te divierte ir detrás de los clientes para que te paguen por tus servicios creo que es mejor que no trabajemos juntos.
Lo siento, es por mí, no por ti.
Si quieres que te ayude a trabajar con el tipo de clientes que quieres para lograr el nuevo rumbo que buscas para tu empresa, puedes rellenar los campos de aquí abajo para pedir información sobre mis servicios.
Te responderé aunque no esté interesado en tu proyecto.
Que tengas un buen día,
Francisco Durán